Recuerdo perfectamente ese día porque mi
mujer y yo empezábamos las vacaciones y teníamos preparado irnos a la playa
tres semanas a disfrutar de nuestra pequeña y de un descanso que a todos nos
hacía mucha falta…
Mi padre llevaba dos días ingresado en un
hospital, pero en un principio no era por ningún tema importante (unas
molestias en la zona cervical y una leve sensación de mareo)
Pese a que su estado había empeorado
estando hospitalizado, no nos podíamos imaginar lo que iba a pasar.
Salí de trabajar y me fui a verle, como
hacía cada día y esta vez con mayor ilusión porque ¡ya había terminado hasta 3
semanas!
Cuando vi a mi padre se me cayo el alma
al suelo… No se podía levantar, casi no podía mantener la consciencia y ¡nadie
sabía lo que estaba pasando!
Después de unos minutos de lucha, de
llamar la atención, de enfados y reclamaciones, un médico decide pedir unos
análisis de urgencia y los resultados llegan inmediatamente… “Este hombre tiene
un fallo renal agudo, sus riñones no funcionan y hay que trasladarlo
urgentemente a una unidad de hemodiálisis”
“¿Cómo? ¿Qué?”
Salimos corriendo, mi padre ingresa de
forma muy urgente en el HUAV, y allí lo recibe el estupendo equipo de la unidad
de nefrología. Después de unas pruebas previas y muy rápidas, se confirma el
fallo renal y se encuentra la causa: ¡una hipercalcemia grandísima!
La frase de la nefróloga fue: “Tiene más
del doble del valor normal de calcio en sangre. Nunca había visto nada igual…
Realmente yo creía que esos valores de calcio en sangre ya eran incompatibles
con la vida”…
Mi padre estaba vivo de milagro, tenía
los riñones paralizados por una hipercalcemia severa y aunque todavía no sabían
lo que la había provocado, lo que si sabían es que precisaba tratamiento
urgente de hemodiálisis.
Bueno… A partir de aquí la historia
continuo. Sé que los que me apreciáis y hace tiempo que no sabéis de mi, ahora
mismo lo que queréis saber es simplemente como acabo: mi padre está vivo y
gracias a Dios con su función renal bastante recuperada.
Convivimos muchos días con el hecho de
depender de una máquina para vivir. Las hipótesis sobre los motivos de todo
aquello también fueron muchas y tuvimos que ir desvelándolas hasta dar con la
“buena”, escuchando palabras horribles como “mieloma” o “tumor” (que al final
fue lo que resultó ser)
Después de serle extirpado un tumor de la
glándula paratiroides, de una forma brillante por el EQUIPAZO de cirugía
endocrina al que le debemos la vida de mi padre, la incógnita era si
recuperaría la función renal.
Conectado diariamente a una máquina más
de cuatro horas (recuerdo como odiaba mi padre aquel rato, y sin embargo era el
rato que le mantenía vivo)
Más tarde día si, día no… Las buenas
noticias fueron llegando y la cosa mejoró, hasta día de hoy que ya hace un
tiempo que no precisa de hemodiálisis.
El riñón… El órgano de nuestro cuerpo por
el que pasa TODA nuestra sangre…
Solo tengo palabras de agradecimiento
para todas y cada una de las personas del HOSPITAL UNIVERSITARI ARNAU DE
VILANOVA que colaboraron en la recuperación de mi padre: Nefrólogos/as,
Endocrinos/as, Cirujanos/as, Enfermeros/as, Auxiliares, Celadores/as…
Desde aquel horrible día, y los que le
sucedieron, sabía qué le iba a proponer a Kike para nuestra acción de Pedales
Solidarios de esta edición 2013: QUERÍA AGRADECER COMO PUDIERA QUE MI PADRE
ESTÁ VIVO Y AYUDAR A QUE PERSONAS QUE PASAN POR LO MISMO TENGAN LA MEJOR
ATENCIÓN POSIBLE, A QUE ESTAS ENFERMEDADES TENGAN MÁS Y MEJORES CURAS, A QUE
LAS ENFERMEDADES RENALES NO GANEN LA BATALLA NUNCA…
Todo esto se une a qué hace casi 5 meses
que no doy una clase de cycling… Así que ¡os aseguro que lo voy a dar todo! Y
si otra cosa tengo segura es que mi compañero Kike, como siempre, estará a mi
lado también ¡sin ahorrar ni una sola gota de sudor!
Ya os doy las gracias… Porque sé que un
año más podré contar con vosotros.
Toni Riveras